domingo, 3 de enero de 2016

Otra Constitución


Mientras escribo se está decidiendo la conformación de la directiva de la Asamblea Nacional que será instalada este martes 05 de Enero. Aun está por verse lo que sucederá ese día; lo que tengo claro y deberían tenerlo claro todos es que tarde o temprano, de una forma o de otra, esa Asamblea por la que la mayoría votó el pasado 06 de Diciembre se instalará y legislará como es su obligación y de acuerdo al mandato de los ciudadanos y la Constitución.

Ahora bien, y precisamente, de todo lo que tiene en agenda esta nueva Asamblea, sea a corto o mediano plazo, hay una cosa que me preocupa: algunos quieren convertirla (podrían hacerlo) en una Asamblea Constituyente y en verdad no se que tan acertado o pertinente sea darle ese giro.

No soy "amigo" de las Asambleas Constituyentes, me siento mas inclinado a la Reforma Constitucional, pero una de verdad, una formal, planeada, divulgada, discutida y puntual, no como la que pretendió Chávez en el 2007 cuyo objetivo no solo era ampliar su poder sino además perpetuarlo en el uso de ese poder y a la que a última hora se le agregaron "de la nada" una veintena de Artículos a los que nunca se les dio mayor difusión y que estaba precedida por una exposición de motivos que fue mas difícil de encontrar para su lectura que los rollos del mar muerto. (Todo eso es historia y si les interesa pueden revisar el archivo de este blog sobre el tema, escribí un post por cada artículo objeto de reforma además de los que se refirieron a la exposición de motivos.)

En verdad no soy amigo de ir redactando constituciones cada tres por cuatro, a los americanos les ha bastado una sola, a la que han sabido ir enmendando y adaptando, los ingleses nunca escribieron la suya formalmente...¿En verdad nosotros necesitamos otra Constitución?. Sin contar con el peligro y el tiempo que representa la metodología práctica para llevar a cabo una Constituyente, que siempre terminan convertidas en conciliábulos a los que el ciudadano tiene poco o nulo acceso o posibilidades reales de participación, sin mencionar a aquellos que son capaces de votar por cualquier vaina (a favor o en contra) sin haberla leído o sin haber entendido nada de lo que leyeron; además de todo eso y de sus potenciales resultados y consecuencias de cara al futuro del país, el que los propulsores de esta idea dejen de lado el mencionar la monstruosa alcabala que representa el corrupto y sesgado Consejo Nacional Electoral (CNE) y su mas que sospechoso Registro Electoral Permanente (REP) es algo que a mi me preocupa y mucho.

Porque no me vengan ahora a creer que por haber ganado la elección del 06 de Diciembre el CNE dejó de ser corrupto, el sistemita de lotería de Smartmatic y Jorge Rodríguez es el mas confiable del mundo (aunque ahora le escueza al propio chavismo-madurismo) y que el Plan República siempre se pondrá del lado de eso, de la República... si ese es el caso esto habla muy mal de ustedes muchachones.... porque nada de eso es así.

Leo en la prensa digital que nuestra Constitución será materia de estudio en China (en principio ese fue el gatillo que disparó este post) y aunque es de preveer que dicho estudio estará influido y deformado por quienes lo impulsan (el gobierno a través de los supuestos y misteriosos acuerdos con China) me parece muy bien que lo hagan porque en verdad yo no siento ni pienso que la nuestra sea una mala Constitución, que si necesita ser enmendada y corregida en algunos de sus Artículos y que si deben ser llenadas algunas lagunas es verdad y no lo discuto pero no es una mala Constitución en absoluto; es un muy buen esqueleto sobre el que construir futuros.

Así pues que para que nuestra Constitución no solo sea en verdad digna de estudio (por los chinos o por cualquiera) sino que además sea un ejemplo digno de lo que debe ser una Constitución y que represente cabalmente quienes somos y como estructuramos, desarrollamos y vivimos la democracia les pido que no se dejen seducir por el inmediatismo y el entusiasmo aparentemente radical de algunos que ahora ven como se les abren las puertas, mas bien al contrario, regresen con calma a ese texto que defendimos en el 2007, entiéndanlo, interprétenlo desde el punto de vista de los ciudadanos que vivimos bajo su imperio y con cariño, respeto, emoción y esperanza propongamos entre todos lo que debe ser reformado y seamos consecuentes en nuestros actos con aquello que proponemos.

No habrá mayor signo de civilidad, modernidad y republicanismo que romper de una vez por todas con los ciclos perversos a los que parecemos eternamente destinados, que dejemos ya de vivir a la sombra de aquello que explicaba Don Arturo Uslar Pietri y podamos de una vez poner los pies en la tierra y echar a andar:

"Esa antinomia, ese conflicto, (refiriéndose al conflicto presente en todas las Leyes de Indias entre el hecho y la necesidad de justificar legal y moralmente el hecho). Lo hemos heredado los hispanoamericanos. Con nuestras Constituciones, desde la Independencia, no ha pasado otra cosa, sino que ha continuado el problema de las Leyes de Indias. Es decir, nuestras Constituciones han sido proclamas idealistas, normas de conducta elevada, proclamación de altos principios a los cuales no queremos renunciar y que hemos mantenido siempre como un paradigma, como una proclamación en la que está todo nuestro orgullo, toda nuestra dignidad y toda nuestra esperanza a pesar de que los hechos no correspondan a ella y están en pugna con ella. (...) Los hispanoamericanos seguimos siendo gentes de conciencia atormentada, entre los principios que proclamamos (...) y una realidad social (yo agregaría política y económica) que generalmente entra en pugna con ellos pero que sin embargo jamás ha logrado alcanzar el reconocimiento legal."

Cita extraída de "La conquista de América como problema jurídico y legal" de Arturo Uslar Pietri.

Un ejemplo muy a la mano de lo que escribió Don Arturo es el famoso Artículo 350; ahí está el ideal, la proclamación del sagrado derecho a la rebelión, la revuelta elevada a mandato constitucional en aras de la pervivencia de la libertad y la democracia... un Artículo hermoso sin duda pero huérfano, un suelto al final del texto, el último artículo del librillo sin mucho parentesco con el que le precede. En ningún lado se le amplió, nunca se le redactó Ley ni Reglamento, nunca se dotó a los ciudadanos ni a institución alguna con los instrumentos necesarios para su aplicación... Cuán diferente habría sido todo si el "constituyente" hubiese tomado en cuenta ese pequeño detalle o si las subsecuentes Asambleas (que no todas fueron 100% chavistas) hubiesen tomado nota de tal carencia.

No importa cuantas Constituciones redactemos si no somos capaces de articularlas con coherencia, si nos somos capaces de instrumentalizar debidamente cada Artículo, si no somos capaces de adaptarnos formalmente y con compromiso de largo plazo a la vigente, si no somos capaces de moldearla y de ajustarla por medio de enmiendas y reformas según las realidades que configuran nuestra vida como sociedad lo vaya exigiendo en el tiempo; en verdad no importa, toda Constitución nueva será tan limitada e inútil como la derogada.

Moderen sus entusiasmos y piensen en eso...

¿En verdad necesitamos otra Constitución?

Saludos

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