Hoy, 26 de Abril se cumplen 70 años del bombardeo de la ciudad vizcaína de Guernica.
Hoy, muchos los que sobrevivieron a aquella terrible tarde en la pequeña ciudad vasca, (al norte de España), deben estar muertos ya o contando los últimos años de su existencia y pienso que cuando el último de los bendecidos por el azar haya terminado su paso por este mundo podrá descansar tranquilo pues aunque ni los vivos ni los muertos tuvieron un Franklin Delano Roosevelt que sentenciara, como hizo tras el ataque japonés a Pearl Harbour que ese día “viviría para siempre en la infamia”, pues en una guerra civil difícilmente puede haber un líder que deje para la historia una frase que resuma el sentir de todo un pueblo, si tuvieron en cambio un Pablo Ruiz Picasso, el genial pintor malagueño, que expusiera el horror a los ojos del mundo, dejando para la posteridad el recuerdo de la tragedia plasmado en el maravilloso y dramático cuadro que acompaña estas palabras.
La verdadera razón para el bombardeo aun no está clara, la cantidad real de victimas tampoco, también hay dudas sobre quienes, efectivamente, acompañaron a la Legión Cóndor (germen de la luftwaffe) en su destructiva misión pero lo que si está claro es que la cantidad de bombas descargadas sobre la pequeña ciudad, desprovista de defensa contra ataques aéreos, fue tal que el bombardeo, pasadas las primeras oleadas, fue hecho “a ciegas” pues el humo de los incendios y explosiones cubría toda la ciudad, las bombas y el horror comenzaron sobre las 4 de la tarde y pasadas las 7 de la noche terminaron las bombas... pero no el horror.
No es posible determinar que es lo que hace tan especial el bombardeo de Guernica pues no fue, ni mucho menos, la primera ni la última ciudad en ser devastada por bombarderos, tampoco puede decirse que es por la cantidad de personas fallecidas pues esta cifra aun no ha podido precisarse, y tampoco, por dudoso que sea el dato, es por la cantidad de kilos de explosivos descargados... ¿será por la obra de Picasso?
En los 70 años que han pasado se han seguido bombardeando ciudades en todas partes del mundo, en todo este tiempo se han hecho incontables los muertos civiles, indefensos bajo las bombas de agresores de toda especie, la suma de kilos de explosivos arrojados sobre sus cabezas, sobre sus vidas, daría una cifra inverosímil y difícil siquiera de imaginar.
Al paso de estos 70 años un Roosevelt tendría, por economía, que hacer un solo anuncio al final de cada año: “Este año también vivirá por siempre en la infamia” y Picasso... ¿donde está Picasso?, ¿dónde está el Picasso de Irak, de Afganistán, de Israel o Palestina?, ¿quién sostiene los pinceles para que nadie pueda apartar la mirada de las líneas del dolor y los colores de la amargura del lienzo que retrata los rostros del mundo acabados, aniquilados sin razón, sin saber por qué?.
“Píntame angelitos negros” decía el poeta venezolano Andrés Eloy Blanco, “píntame inocentes muertos” digo yo, pues aunque el cuadro de Picasso no ha impedido la multiplicación del horror de Guernica por lo menos si ha servido para que nadie lo olvide jamás, y definitivamente para que nadie olvide jamás a los muertos de tanta guerra inútil, de tanto terrorismo salvaje, de tanta guerrilla criminal no podemos confiar en los reportajes de dudosa objetividad de CNN ni en las fotos del “Bang Bang Club” que en su repetición infinita de los aspectos mas grotescos de la violencia y la muerte en cierta forma nos han contagiado el callo en el corazón haciendo indistinguibles las victimas de ayer de las victimas de hoy y lo que es peor, haciendo indistinguibles los conflictos y las tragedias de ayer y las de hoy; en este punto Picasso vuelve a destacar... Guernica siempre será Guernica.
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