sábado, 14 de julio de 2007

El Informe de Junio de Hinterlaces

Una muy querida amiga de hace muchos años me hace llegar, vía mail, el informe que, sobre la percepción del presente y futuro, tiene la población venezolana. Un informe preparado mensualmente por la empresa “Hinterlaces” que dirige el caballero que aparece en la foto, el Sr. Oscar Schemell.

Este informe tiene ya varios días dando vueltas, (ya pisamos la mitad de Julio, así que ya deben estar preparando el próximo sondeo), y este caballero ha aparecido en unos cuantos programas de televisión explicando el alcance y los resultados de esta medición mensual que hace la empresa; yo lo había visto ya en estos programas pero no sabía donde obtenerlo para leerlo completo, mi amiga me hizo un gran favor al enviármelo.

Lo he subido a la página de “SlideShare” para que todo el que no lo haya visto pueda leerlo completo y saque sus propias conclusiones; les cuento, por ejemplo, que una de las mías es que los venezolanos siguen siendo mayoritariamente ADECOS... Bueno, OK, socialdemócratas pues...

Les sugiero que en verdad lo lean con atención y estén pendientes del próximo informe, hay unas claves muy interesantes que no solo nos permiten comprender nuestras realidades presentes sino mirar nuestro futuro desde un perspectiva más coherente con esas realidades; tenemos que estar atentos a las tendencias que se han ido desarrollando y que destacan en este informe pues a fin de cuentas esas tendencias son las que nos están enseñando los puntos de coincidencia necesarios para construir un proyecto alternativo que sea percibido por las mayorías como viable.

Les comento algunas de las conclusiones e informaciones que aparecen en este informe:

A criterio de la empresa se han dado cambios profundos en la percepción general de los venezolanos y estos cambios se evidencian principalmente en la noción que se tiene de los procesos políticos y sociales; Hinterlaces lo define como un “proceso de maduración democrática” sustentado en el resurgimiento y la creación de nuevos ideales, valores, interpretaciones, etc que no están sujetos a una ideología en particular sino a unos conceptos más amplios de bienestar común, solidaridad, igualdad de oportunidades y esfuerzos compartidos.

El informe revela en sus conclusiones el cansancio y el rechazo hacía la polarización política y a los discursos y acciones extremas que usa el gobierno como mecanismo estratégico para consolidar y mantener el poder; chocando al hacerlo con la aspiración general de reunificación, inclusión y rescate de la paz social y de las instituciones; en palabras textuales del informe: “La etapa de la revancha social ha terminado”.

Algunas cifras reveladoras:

El 63% de los encuestados rechazan la reforma constitucional, el 19% la apoya, los demás no contestaron.

El 47% rechaza el establecimiento del socialismo, el 35% lo apoya. (Pero el informe aclara que muchos de los que lo apoyan no tienen claro qué es realmente el socialismo, necesario es explicar y enseñar tantas veces como sea posible.)

El 85% rechaza el establecimiento de un socialismo al estilo de Cuba, el 8% lo apoya.

El 78% prefiere vivir en democracia, el 16% prefiere el Socialismo del Siglo XXI.

El 67% no se identifica con ningún partido político, el 31% si.

El 83% opina que Venezuela necesita nuevos líderes, el 13% opina que no.

El 87% esta a favor de la propiedad privada, el 9% no.

El 89% quiere igualdad de oportunidades, el 7% no.

El 87% está en contra de la regaladera de dinero y bienes a otros países, el 9% a favor.

El 89% se identifica con la palabra “Pleno Empleo”, el 9% con la palabra “Revolución”.

No más números, los demás se los dejo a ustedes.

Si se fijan, estos pocos resultados que les pongo aquí son suficientes para mostrar claramente que los principales postulados de la “revolución” son rechazados por la amplia mayoría de los venezolanos; a los encuestados se les pidió que definieran su tendencia política, y para el trabajo se utilizó una muestra equilibrada compuesta por chavistas, opositores y “ni-ni”... así que... ni los chavistas aceptan estos postulados...

En el trabajo se incluye una medición de la “popularidad” del presidente, la tendencia hasta Mayo fue decreciente y en Junio tuvo un ligero repunte pero todavía está por debajo de la cifra de “rechazo”, para este mes la diferencia entre los que apoyan y los que desaprueban al presidente es apenas de 6 puntos porcentuales pero la tendencia de los que no contestaron y los “ni-ni” es evidentemente creciente, para el mes de Junio sumaban el 20% cuando en Noviembre pasado apenas rozaban el 10%.

Si nos dejamos llevar por la sinrazón podríamos afirmar con alborozo que los que NO APOYAN al presidente suman casi 70% pero la lectura debe ser diferente, la cifra de los que lo rechazan abiertamente se ha mantenido fluctuando entre el 40% y el 50% pero la de los que dudan está creciendo.

Creo que la explicación hay que buscarla en las cifras reveladas sobre la identificación de los encuestados con los partidos políticos y en las relativas a la necesidad de nuevos liderazgos y, lógicamente, en las conclusiones que se pueden extraer de esta información.

Los partidos políticos tradicionales son tan rechazados como el(los) partido(s) del presidente y, en mayor medida aún, su liderazgo se percibe tan “viejo” y gastado como cualquier otro... Aquí veo necesario insistir en lo que propuse hace días en mi post “¿UH AH CHÁVEZ VETE YA?” en el sentido de atender la urgente necesidad de la refundación política de Venezuela; la gente no va a aceptar ni a seguir a líderes rayados de la vieja política ni a lideres nuevos que surjan de los restos de esa vieja política.

Pero los líderes que podrían surgir de entre nosotros y los seguidores que puedan ver en ellos una propuesta viable de futuro, indudablemente, van a necesitar la estructura, la cohesión y la coherencia que solo una entidad política puede dar; pretender lo contrario es pretender reeditar el frágil “Chiripero” o la ecléctica suma de ideologías del chavismo, una de sus “trampas” internas que, desde el principio, ha sido fuente de conflictos en su seno y que hoy incluso amenaza con una ruptura que será, tan drástica y violenta, como radicales sean las acciones intentadas para mantener el control y la cohesión necesaria para lograr la meta del pensamiento y el poder únicos.

La gran mayoría de los venezolanos estamos claros: Queremos prosperar y vivir en paz, entre nosotros y con los demás países; queremos igualdad de oportunidades, queremos democracia, estamos hartos de la polarización y el enfrentamiento, queremos trabajo (yo no tengo) no becas ni regalos (yo no las recibo ni las quiero), estamos preocupados pues nos vemos al borde de un abismo y estamos molestos porque el presidente y su gobierno se empeñan en conducir NUESTRO país y NUESTROS destinos de acuerdo a sus necesidades, no a las nuestras.

Pero el número de personas que no terminan de unirse a los que lo adversamos abiertamente continua creciendo y el número de las personas que lo apoyan, aun con tan grandes objeciones se ha mantenido relativamente estable. Para unos la razón es la falta de proyectos alternativos razonables y viables, pero no solo políticos, también económicos y sociales. Para los otros la razón es el temor, ciertamente justificado, (gracias Carmona y comparsas), de encontrarse de nuevo inmersos en una sociedad que los margina y los excluye y “por ahora” Chávez, (o al menos la imagen que de si mismo les ha vendido) es su garantía, (precaria pero garantía al fin), de que eso no volverá a suceder.

Ahí está la tarea Venezuela, “El que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga”, si somos capaces de presentar un proyecto de país viable, si somos capaces de diseñar el camino por el que vamos a rescatar definitivamente nuestra institucionalidad democrática y nuestra debilitada estructura económica (hay que aprovechar, el petróleo todavía se vende bien), si somos capaces de reconocer nuestras culpas y de perdonar las ajenas, si somos capaces de garantizar a todos y cada uno de los más de 26 millones de Venezolanos igualdad de oportunidades, si somos capaces de rescatar, reconstruir o crear unos valores morales que garanticen una verdadera justicia y equidad social, si terminamos con la exclusión y el enfrentamiento para alcanzar una paz sostenible en el tiempo y si somos capaces de construir una estructura política en la que todos nos sintamos cómodos y que además brinde soporte y solidez a este proyecto ya tendremos, al menos, la mitad del “encargo” hecho...

Fácil no es, pero imposible tampoco, ahí están los datos, las tendencias, las opiniones, las necesidades y las capacidades, es hora de dejarse de babosadas y ponerse a trabajar...


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Buensancho, creo que nunca ha pensado en nuestras necesidades, ¿cuando ha pensado por nosotros? El tirano-demagogo no piensa en la justicia social, seduce al estilo de planes a corto plazo, con seudo-resultados inmediatos, para conservar el poder pues sabe que los pobres piensan en corto. No ejecuta los tratamientos pertinentes, sino los efectistas, como el charlatán que no sabe cauterizar las heridas, sólo administra analgésicos al enfermo y no lo cura nunca. Por cierto, Platón hacia mención que despreciaba a los demagogos y a los charlatanes de la medicina: “son tipos despreciables que, por ganarse el favor de sus clientes, terminan matándolos”. El pan de hoy y hambre para mañana. Por eso necesita de ciudadanos pobres.

Un abrazo, Martha Colmenares

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