Bonita payasada ha resultado ser el tema de la reforma constitucional en las supuestas discusiones a nivel de la asamblea nacional. Un juego de niños...
“Tin Marín de do pingüe”...¿reformamos o no reformamos?... ese parece ser el tema y el método... A los diputados y diputadas se les van las largas y generosamente remuneradas horas de discusión ensalzando el proyecto sin revisar su contenido como si de una decisión tan simple se tratase; como si lo único que hubiese que discutir es si se reforma o no se reforma la Constitución.
“¿Piedra, papel o tijera?” parecen preguntarse los “legisladores” pues lo único que en verdad se discute es con qué o cómo someter (no convencer con razones) a los disociados que no aceptamos el proyecto de reforma, o mejor dicho, que no aceptamos que se apruebe la reforma tal como está planteada pues es, ni más ni menos, que una nueva Constitución que desmejora groseramente nuestra calidad de vida, nuestros derechos y nuestras garantías, pero la calidad del contenido está fuera de toda discusión para ellos, lo importante para los que tienen la obligación de formular las leyes de la república es determinar qué pueden hacer o qué pueden utilizar para someternos: la amenaza de violencia institucionalizada, nuevas leyes represivas o la simple eliminación.
“Me quiere... no me quiere...” deshojan la margarita en largas “colas” por el derecho de palabra pero no para revisar los artículos con la obligatoria lupa del derecho y la justicia sino para sucederse en una ya lastimosa retahíla de elogios y desgarradoras declaraciones de amor y admiración por el autor de la reforma, como si lo que en el fondo importase de verdad es contar con su condicionado amor. (Y puede que tengan razón).
“Ponte poronte ponte pi” entonan a coro mientras se dedican a descalificar a toda aquel que ose mencionar algún detallito negativo, a todo aquel que se atreva a asomar que en todo el articulado propuesto puede que haya algo que no funcione bien o que esté reñido con la legalidad... “sa-lis-te-fue-ra-por-em-bus-te-ra”...
“Cara o Cruz”... Ustedes deciden, es su vida y es su futuro, y el de sus hijos y el de sus nietos y además el de todos los venezolanos que no tienen otra conexión con ustedes más que la de compartir el gentilicio, el compartir esta tierra de sueños que una vez fue Venezuela. Ustedes deciden, plantamos la CARA y nos oponemos a este asesinato planificado de nuestra maltrecha democracia como nunca antes o rehuimos nuestra responsabilidad histórica y nos resignamos a cargar por siempre con esta CRUZ...
rctv
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