En estos días post referéndum y en medio de una desproporcionada euforia por parte de los venezolanos, que parecen creer alcanzadas todas sus metas tras la imposición en las urnas del NO, me convenzo que en mi organismo están mezclados algunos de los genes del “Grinch”... que digo mezclados... ¡Son mayoría!.
Hay una notable desaceleración en la blogósfera nacional, hay una quietud más que sospechosa en los servicios de noticias y en los foros de discusión y la gente se volcó a la calle... pero a comprar y gastar y todos hablan de sus “merecidas celebraciones navideñas”... Ah caray, aquí me salta el Grinch, por donde vivo, a toda hora suena música a todo trapo de gente celebrando toda clase de cosas y ya uno se cansa de tanta musiquita y tantas fiestas pues, la verdad... ¿Qué celebramos?, ¿qué ha cambiado?.
Hay noticias importantes que han pasado casi desapercibidas; y afirmo esto pues, salvo la cobertura que les han dado algunos medios de comunicación de manera puntual, no las he visto reseñadas o reflejadas en ningún otro sitio.
Hay dos que están íntimamente ligadas y que para el año que viene se mostrarán en su verdadera dimensión:
La primera, (aunque no en orden cronológico), es el informe presentado por Oscar Meza, director del CENDAS-FVM (Centro de Documentación y Análisis de la Federación Venezolana de Maestros), en el que se consignan las cifras de la realidad palpable para cualquier venezolano: De 64 productos que conforman la canasta básica solo se consiguen 56, además y aparte de sus observaciones estacionales sobre el costo de UNA tradicional cena navideña por encima del millón de Bolívares, nos señala que dicha canasta básica está por encima de los 2 millones de Bolívares y que son necesarios más de 4 salarios mínimos para poder acceder a ella.
¡Cuatro salarios mínimos!, es decir que en una familia promedio de 5 personas de los estratos socio-económicos C, D y E, cuatro de sus integrantes deben trabajar para poder cubrir, únicamente, el costo de una canasta básica alimentaria, y no menciono los otros dos estratos por asumir que al menos el salario de uno de los miembros de esa familia podría ser superior al salario mínimo pues de otra forma no estarían estas familias en estos estratos.
El índice de inflación acumulada este año supera ya, con creces, las optimistas y poco realistas previsiones del BCV y del Gobierno y es la más alta de toda América Latina y desde la óptica de algunos economistas la realidad de este temido índice, en cifras, podría casi duplicar lo esperado por el gobierno, estamos hablando que el índice de inflación de este año podría cerrar pisando el 21%... (Se le volvió a hundir el submarino al ministro Giordani).
Hay que ver esta realidad, estas cifras de inflación, este aumento desproporcionado en el costo de la Canasta Básica Alimentaria, en toda su dimensión y en su proyección al futuro cercano. Estas condiciones de desequilibrio absoluto no solo coinciden con el “mejor año” en la historia del precio del petróleo, (que no se ha visto reflejado en capacidad de compra y de ahorro real para los venezolanos), sino que además, como apunta el informe, en esta ocasión y aún en este excepcional año es muy relevante el peso de la escasez. Una situación que en Venezuela es nueva, al menos en esta escala, en su duración y en sus perspectivas a futuro pues está claro que puede empeorar.
El nivel de desabastecimiento puede empeorar pues por muy diversos puntos se ha atacado, presionado y limitado al sector productivo de forma que, en algunos casos por imposibilidad técnica o financiera, en otros por cuestiones de inseguridad o presión jurídica, en muchos por previsiones fatalistas, (por demás justificadas en toda lógica), se han disminuido los niveles de producción de muchos bienes y el gobierno, a pesar de sus muy amplios medios, no ha sido ni será capaz de suplir la ausencia del sector privado en este escenario; no hay más que ver el nivel de desabastecimiento que ha alcanzado ya, con igual crudeza que a los demás, a la red gubernamental MERCAL.
En razón de la caída en la producción Venezuela se ha convertido en una economía de puertos pero buena parte de los recursos necesarios para la importación se han desviado hacia otros fines que al indicado, (por ejemplo regalos y donaciones a “entes” foráneos o campañas electorales), también se han represado parte de estos recursos, (divisas), como medida de presión política, dificultando el acceso de los importadores del sector privado y se han retardado y complicado los procedimientos burocráticos asociados al acceso de este sector a esas divisas para, en todo caso, poder argüir desde el gobierno que “lo que pasa es que las empresas no cumplen con los requisitos y por lo tanto es culpa de ellas”.
En esta actuación cínica, y ante el agravamiento crónico de la situación, es nueva otra justificación gubernamental en la que se pretende hacer ver que el gobierno ha aprobado y entregado divisas pero el sector privado no se “reporta” por el mezquino y malvado interés de mantener la economía nacional en jaque... Ok...
Además, la activa pugnacidad del gobierno con los demás países del área y el “congelamiento” de las relaciones con los tradicionales socios económicos de la nación sin duda traerá aparejado un aumento en las cifras que reflejan el rampante desabastecimiento. Estamos ante la multiplicación de los factores que producirán una severa contracción de la oferta de unos bienes ya escasos y de aquellos que empezarán a escasear; una aceleración del proceso que ya estamos viviendo y que para el próximo año pinta catastrófico, a nivel del ciudadano común y las empresas con la entrada en vigencia del Bolívar fuerte que, aunque se han esforzado en negarlo, trae implícita una devaluación de la moneda... si, así es... ¿qué puede significar si no la emisión de un billete de 100 Bolívares fuertes o 100.000 Bolívares actuales cuando el billete actual de más alta denominación es de apenas la mitad de ese monto?, esto es no solo la previsión y el reconocimiento de la hiperinflación que se nos viene encima sino de la devaluación inevitable.
Qué tanto afecte el aumento del desabastecimiento actual, y su extensión a otros rubros, al índice de precios al consumidor dependerá, en buena medida, de la elasticidad de la oferta de los productos que están y los que entren en esta marea de la escasez. Si quieren saber de que va el tema de la “elasticidad” no tienen más que preguntar, por el momento les propongo un ejemplo para que vayan pensando, en realidad SI HAY LECHE, nunca ha faltado la leche en los puestos de los buhoneros en las cercanías al mercado de Quinta Crespo... pero ahí se vende a casi el doble del precio regulado... y la gente valida ese precio comprándola...
Pero en toda esta trama hay otro detalle, otro elemento que hay que tener presente y es el que DESDE HACE CASI UN AÑO denunciaron formalmente cuatro economistas venezolanos ante el TSJ. Esta es la segunda noticia de las que les quiero comentar; de la que ya hasta se ha impreso un libro y que volvió a ser noticia en estos días y nadie le prestó atención.
Este elemento es quizás aún más importante pues mientras el anterior se refiere y atañe casi a lo cotidiano en éste las implicaciones son de carácter estructural.
En Julio del 2005 se modificó la Ley del Banco Central de Venezuela, en Marzo del 2006 los economistas Oscar García Mendoza, José Guerra, Jesús Rojas Díaz y Orlando Ochoa iniciaron una acción legal por inconstitucionalidad de esta reforma ante el Tribunal Supremo de Justicia; la semana pasada volvió a aparecer en los medios el Sr. Oscar G. Mendoza denunciando que hasta la fecha no habían recibido noticia de los resultados de su acción... pero, ¿de qué va esta historia?.
La acción interpuesta es en contra de los Artículos 113 y 114 y la Disposición Transitoria Décima de la Ley del BCV reformada pues son los que le han permitido al ejecutivo el retirar cantidades importantes de divisas, de las reservas internacionales, sin hacer el debido pago en contraprestación al BCV como órgano administrador de esas divisas; ¿se acuerdan del “Millardito”?, esa fue la razón de esta reforma a la Ley del BCV y la raíz de su mecanismo inconstitucional.
A resultas de lo dispuesto en estos dos Artículos y esa Disposición Transitoria de la Ley del BCV el gobierno puede tomar, por la vía de transferencias del BCV al FONDEN lo que necesite o quiera de las reservas internacionales sin ser devuelto o pagado al BCV, esto es, ni más ni menos, que una descapitalización del BCV y un debilitamiento de los respaldos de la moneda nacional.
Más grave aún; para darle sentido contable a todos estos extraños manejos se han “cuadrado” las cuentas por medio de varios mecanismos “no convencionales” y que también son causa de objeción en la acción judicial interpuesta, por ejemplo, lo que debería ser un mecanismo coyuntural o puntual de absorción del exceso de liquidez, (coyuntural y puntual por los costos que ello implica en términos de patrimonio) por el BCV, que es la emisión de títulos en moneda nacional se ha convertido en un mecanismo permanente y aún así en los balances del BCV se registra un aumento de la base monetaria, de la liquidez y esto también es un pasivo para el banco. Una de las razones de esta aparente contradicción la explico un poco más abajo.
Bajo un esquema contable formal, que desmonte los disfraces y los disimulos, los balances del BCV para el año 2006 cerraron en rojo, cerraron con pérdidas, a lo largo de este año y pese al aumento de los precios del petróleo, que se supone aporta un grueso flujo de divisas a las arcas del BCV, la situación se ha mantenido y probablemente agravado por otro detalle, que no es parte de esta acción judicial pero está conectado y es posible gracias, precisamente, a lo denunciado.
Me refiero al reciclaje de divisas y lo explico brevemente; por Ley todos los Dólares que entran al país deben ser entregados, tarde o temprano, al BCV; el BCV entrega Bolívares a cambio de estos Dólares que recibe y, por medio del perverso mecanismo que denuncian estos 4 economistas, el BCV le entrega esos Dólares vía transferencia sin pago o compensación al FONDEN a solicitud del ejecutivo para su uso indiscriminado y no fiscalizado; de estos Dólares una buena parte se usan para expandir el gasto publico interno y crear la ficción de la abundancia de dinero en la calle pero, el estado no puede poner a circular esos Dólares dentro del sistema financiero nacional así que los vuelve a entregar al BCV por otra vía para “cambiarlos” a moneda nacional y así el BCV vuelve a entregar Bolívares, (¡por segunda vez por los mismos Dólares que habían salido de sus arcas!), que se ponen a circular dentro del sistema por muchas vías, por ejemplo bancos, becas, proyectos, misiones, etc y así “Ad Infinitum” tantas veces como el gobierno estime necesario para mantener su ficción de bienestar.
Es decir, se inunda el sistema de dinero, de Bolívares inorgánicos que no solo no tienen respaldo en divisas en el BCV sino que además representan una muy seria lesión patrimonial al ente emisor y por ende a todo el sistema financiero y la economía nacional y cuyo principal subproducto es la inflación galopante que se refleja cotidianamente en lo expuesto al principio... la maquinita de imprimir billetes a toda mecha pero mordiéndose la cola y a punto de engullirse a si misma.
Si se quieren enterar con pelos y señales de toda esta aberración financiera y contable que el gobierno ha montado en el BCV les recomiendo la lectura del libro sobre el caso, se titula: “El Libro en Rojo del Banco Central de Venezuela y sus Consecuencias Inflacionarias” y sus autores son los mismos impulsores de la causa por inconstitucionalidad; fue editado dentro de la colección “Fuera de Serie” por “El Nacional”.
El título de este post: “El Libro en Rojo de Venezuela” es la conclusión; una inflación acelerada por la propia mala praxis del estado y del BCV; un Banco Central descapitalizado; una fuente de divisas ahogada en la incompetencia y la corrupción (PDVSA); la entrada en vigor dentro de apenas 23 días del llamado Bolívar fuerte con su debilidad estructural advertida y su devaluación implícita y la gente gastando a diestra y siniestra en sus “merecidas celebraciones”; y la gente descuidada y desentendida como si el triunfo del NO hubiera resuelto todos sus problemas y como si a través de él se hubiera alcanzado la meta final...
Celebren, diviértanse y alégrense pero también amárrense bien duro esos pantalones... no estamos ni siquiera a mitad de camino y el año que viene pinta brutal...
Por cierto sobre el Bolívar fuerte, según fuentes muy cercanas que trabajan en sistemas en dos bancos comerciales privados el sistema bancario nacional está trabajando febrilmente para tener todo dispuesto, sistematizado y operativo para el 1ero de Enero pero aún llevan retraso y me dicen que más atrasado aún está el propio BCV, incluso me confirman que el BCV también está retrasado con la entrega de las remesas de los nuevos billetes y monedas necesarios para poder “arrancar” en la fecha indicada con el proceso de reconversión monetaria... también me reafirman lo que he denunciado aquí ya en otra oportunidad... cuidado con el redondeo cuando sus cuentas y sus deudas sean “reconvertidas”...
Saludos.
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1 comentario:
amigo muy nutrido este post, y muy cierto, las razones son obias estan en espera, y tranquila calma, recuerda que estas fechas son efimeras y subrreales, esta la celebración de la vida, y sobre todo el hecho de que todos concordamos, tenemos problemas peros saldremos adelante y ahora tenemos fecha, los jovenes venezolanos esperaremos que el presidente termine su mala gestión administrativa y se valla, serviremos de muro de contención ante cualquier evento fuera de lo norma, y tomaremos el mando de la gerencia industrial de este pais, iremos mas haya de la critica nos podremos manos a la obra, presentaremos el proyecto país constitucional, y las politicas publicas necesarias para su cumplimiento, solo tenemos que aguantar para evitar derrames de sangre hasta donde se pueda.
un abrazo y un beso en el pescueso esta navidad......
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